“Nuestro proceso creativo partió de una mirada introspectiva. Nosotros no teníamos intención de cambiar nuestra esencia ni de replantearnos. De hecho, nuestra visión no ha cambiado, sino que aprendimos a ver por qué pensábamos como pensábamos, por qué hacíamos lo que hacíamos, y cómo lo que somos afecta a lo que hacemos. Chizer nos impactó con una mirada creativa que nos hizo sorprendernos. Los primeros resultados fueron ya sorprendentes. Fue un trabajo en equipo donde cada persona en la empresa pudo hacer su aporte. Un proceso muy enriquecedor que nos ayudó a tener un claro punto de partida para todo lo que vino después: la evolución de nuestra comunicación, cómo nos expresamos, nuestras líneas de productos, sus nombres, absolutamente todo, porque ya teníamos una dirección mucho más clara. Se limpiaron nuestros anteojos, y pudimos entender no solo lo que somos, sino lo que no queremos ser. El proceso nos ayudó a depurarnos, a hablar más claramente, a que cada pieza, cada video, cada comunicación tenga un mensaje diseñado desde nuestros pilares, y especialmente para nuestro público. La identidad dio sentido a todo esto, es un impulso para que la empresa siga creciendo y ampliándose sin perder el rumbo. Te permite crecer sanamente. Como punto de partida recomiendo mucho este proceso de identidad, se volvió el fundamento de nuestra empresa”.
Matias Millet. Dwell CEO